viernes, 30 de abril de 2021

 


MAYO 2021.
Hace muchos años atrás a vida de Elena da un giro cuando su marido, el millonario Julio Rivelles, queda en la ruina y termina con su vida, suicidándose con un arma de fuego, no sin antes hablar con su gran amigo y colega, Alejandro Meráz, a quien pide que cuide de su familia. Este hecho hace que la mujer se entere de que lo ha perdido todo, menos una propiedad: la vieja casa en que su marido creció, en una colonia popular, y que ha sido el único inmueble que no ha perdido. Alejandro le aconseja que la venda y con ello se compre un pequeño departamento, ofreciéndole trabajo, mas ella cree que ese lugar es el único recuerdo que sus hijos tendrán de su padre y decide mudarse a vivir allí, con sus hijos, Sebastián y Valeria. Frente a su casa hay una vecindad en la que llega a vivir Rosario Guzmán, una mujer triste que sufre por el abandono de su marido, al que ha ido a buscar a la capital, acompañada de sus dos hijos, Toño y Pepe, y que se encuentra desesperada. Tiene como vecina a doña Imelda, quien a pesar de su diabetes se hace cargo de una hija por la cual sufre, ya que teme a que en cualquier momento pueda morir y dejarla a la deriva, sin embargo no puede regresar a la provincia, puesto que tiene la misión de encontrar a alguien de su pasado.

En la época actual: Elena ha trabajado duramente en la compañía de Alejandro, quien no ha dejado de mostrar interés en ella a pesar de estar casado con Cecilia Llorente, una mujer enferma de Lupus y que ha agravado con el paso del tiempo. Por otra parte la empleada ha logrado remodelar la vieja casa que heredara de su marido y ha podido sacar adelante a sus hijos, pues Sebastián es un prominente administrador de empresas que comienza a desarrollarse en la misma empresa que ella y Valeria cursa estudios universitarios, a la par que tiene un romance secreto con Toño, el hijo de Rosario, quien se dedica a la costura y está orgullosa de su hijo mayor, quien se esfuerza para terminar sus estudios de medicina, pero está preocupada por Pepe, quien la engaña al decirle que estudia pero en realidad se dedica a las apuestas y a prostituirse en las calles, para obtener dinero fácil. Ella se desahoga con el padre Sancho, quien aboga por ella ante Isidro Rojas, el dueño de una refaccionaria, el cual está de acuerdo en dar trabajo al muchacho, a pesar que la madre se resiste por creer que si su hijo abandona los estudios, jamás llegará a realizarse en la vida. Sin embargo el cura la convence y es así que el rebelde chico comienza a trabajar, conociendo a Agustín, hijo de su patrón y quien está enamorado de Maribel, la hija de Imelda. Los muchachos visitan el cabaret de Amapola, una cantante que los divierte con sus encantos y los de las chicas que trabajan para ella, pero que detrás de la felicidad y erotismo que irradia oculta un tormentoso secreto.

Maribel es una muchacha de belleza singular y facciones demasiado finas que se avergüenza de Imelda, a quien constantemente hace saber que detesta la pobreza y que hará lo que sea con tal de salir de la vecindad y darse los lujos que se merece solo por ser bonita y tener buena percha. Aunque es muy joven y solo pudo estudiar una carrera técnica para ser secretaria, ha sabido colarse muy bien, convirtiéndose en asistente personal del millonario Gastón Rivera, quien le tiene gran afecto y confía plenamente en ella aunque no así la cónyuge de este, Nohemí, quien sospecha que la chica oculta cosas y que miente, ya que les ha asegurado provenir de una familia de abolengo, cosa que la mujer no le cree. El matrimonio tiene un hijo, Gerardo, quien al enterarse de que su padre está muy enfermo, ha decidido tomar control de los negocios y se ha convertido en la obsesión de la joven asistente. Esto lo sospecha Nohemí, por lo que advierte a Diana Cifuentes, esposa del apuesto hombre, que tenga mucho cuidado, pues sospecha que Maribel es una trepadora. La joven esposa habla de esto con su madre, Olga, quien o piensa permitir que la engañen y reprocha a su marido, Javier, el ser débil para defender a su hija, menospreciándolo por no haberse superado y conformarse con las migajas que don Humberto San Román, el padre de ella, le ha dado, volviéndolo su perro fiel. Esto hace que el marido le revele que hace años que vive arrepentido de haberse casado con ella, confesando que lo hizo por ambición, luego de que ella le recuerde que no era nadie cuando lo conoció.


Rosario desahoga con el padre Sancho no saber qué hacer con sus hijos y ha descubierto que Toño tiene amoríos con alguien que no le ha presentado, por lo que teme que no sea una buena muchacha. Lo cierto es que el muchacho desea hacer pública su relación con Valeria, pero esta teme a decepcionar a la familia, por lo que discuten cuando el chico cree que en realidad ella se avergüenza de él. A la vez, mientras estudia, en sus ratos libres maneja un taxi, propiedad de Isidro, el cual siempre ha ayudado a su familia y a todos en la vecindad con desinterés. Esto causa que padezca el menosprecio de Sebastián, el cual a pesar de vivir en el barrio rechaza a los vecinos por considerarlos inferiores, ya que él y su familia se dan buena vida gracias a Alejandro, con quien él trabaja y donde ha hecho amistad con Francisco Molina, uno de los administradores que confía plenamente en él y lo invita a reuniones con gente importante, en sitios exclusivos.

Cecilia sabe que Alejandro siempre ha estado enamorado de Elena y le confiesa saber el secreto que ambos guardan. Él niega ese amor y asegura que ve a la otra solo como una amiga, además de haber prometido a Julio que la protegería. La esposa en cambio asegura saber que eso no es verdad y que el difunto se casó con la mujer solo para protegerla de la deshonra. Luego pide al cónyuge que, cuando ella muere, intente ser feliz con la mujer a la que siempre ha amado. Y en efecto muere, llenando de dolor al ahora viudo, quien siente culpa por saber que la difunta siempre supo que nunca la amó.

Maribel es cortejada por Agustín, al que desprecia por considerarlo poca cosa. Ella le jura que pronto conseguirá sus sueños y será tan rica como la familia para la que trabaja. Los sueños de la muchacha asustan a Imelda, quien le suplica que reaccione y se de cuenta de que son pobres, conformándose con lo que puede obtener con sus posibilidades. La chica, altanera, jura que jamás será como su madre y le exige que le diga quién es su papá, pues está segura de que es un hombre importante y que ella es el resultado de un mal paso de la mujer, que la abofetea para luego llorar, desconsolada, por las ofensas de la hija, la cual se desahoga en brazos de Gerardo, aprovechándose de la situación para besarlo y así lograr que este caiga en sus redes.

Alejandro se repone a la muerte de Cecilia gracias a Elena, quien no se separa de él. Esto despierta los celos de Sebastián, el cual comienza a sentir repudio hacia el hombre y lo comparte con Valeria, enfureciendo cuando esta le revela que sí le gustaría que su madre rehiciera su vida, después de tantos años de la muerte de su padre.
Pepe y Agustín se van de farra al cabaret de Amapola, donde el segundo se besa con cuanta chica encuentra aunque no así el primero, a quien la cantante se acerca para decirle que ella sabe que es diferente y que ese no es lugar para él. Furioso, el muchacho sale del lugar y se topa con su madre, quien desesperada por no verlo en casa ha salido a buscarlo. Le reprocha el acudir a ese tipo de lugares y el chico la enfrenta, exigiéndole que deje de meterse en su vida y responsabilizándola del abandono de su padre. Al volver a casa discute con Toño, quien defiende a la progenitora y pide al hermano que siente cabeza, se enfoque en los estudios y se olvide de vivir la vida. Este sale furioso, se cruza con Maribel y ambos hablan del odio que sienten por la pobreza y la disposición que tienen a ser capaces de todo con tal de salir adelante.

Rosario sufre al no saber quién es la mujer con quien Toño tiene una relación y al hablar con Elena se desahoga. Esta última le pide que tenga confianza en su hijo y le revela que está enamorada de Alejandro, mas teme herir a sus hijos, los cuales aún veneran el recuerdo de su padre. Cuando pregunta a la vecina por su marido, Rosario entristece y le confiesa que el hombre la abandonó, como un canalla, y abandonó la provincia para que él nunca pudiera encontrarla. Le muestra una foto y llora, pues sabe que el mal hombre les ha hecho falta a sus hijos, sobre todo a Pepe. Elena la abraza y le recuerda que los muchachos han tenido suficiente con ella, que ha sido una buena madre.


Isidro siempre ha sabido que Imelda sufre y también conoce su secreto, por lo que acude a ella para decirle que ha encontrado a la persona que por años ha estado buscando. Ella lo toma de las manos, le agradece el ayudarla, y son vistos por Maribel, quien se atreve a acusarlos de ser amantes. Grita cuanto desprecia a la madre y el hombre intenta controlarla, pero la chica no hace más que insultarlos. Se encierra en su habitación y jura que se casará con Gerardo sin importarle que Diana sufra. Por eso tiende sus redes, valiéndose de la confianza de Gastón, a quien Nohemí asegura que esa chica es perversa y solo traerá desgracias a su familia. Por eso organiza una fiesta por el aniversario de matrimonio de Gerardo y Diana y pide a la empleada que invite a su familia. Esta sin embargo argumenta que sus padres están de viaje y por el momento se está quedando al cuidado de su sirvienta. La perspicaz Nohemí sin embargo la sigue en su auto y descubre en qué vecindad vive, así como quién en su madre, a la que invita a la fiesta, pidiéndole que llegue como sorpresa para su propia hija, quien se alarma cuando ve a Imelda ante ella. La llama su nana, llenándola de dolor, pero Nohemí la delata ante todos y asegura que la recién llegada no es sirvienta de su empleada, sino su madre. La pobre y humillada Imelda sale corriendo y al estar abordo de un transporte público comienza a sentirse mal, hasta desvanecerse. Al enterarse de esto, Rosario entera a Toño, quien acude a salvar a la vecina y abordo de su taxi la lleva de regreso a casa, donde advierte a Maribel que si su progenitora llega a morir, ella será la única responsable, pues sabe lo que sucedió. La chica llora, pide perdón a su madre mas le reprocha el ser pobre y no decirle quién es su padre, ya que este le pudo dar la vida que se merece. Se sorprende cuando la madre le revela que su padre no es de alcurnia, sino un bueno para nada que vendía drogas, nunca la quiso y fue a dar la cárcel. La muchacha se resiste a aceptarlo y sufre.

Alejandro se da cuenta de que Sebastián es muy cercano a Francisco, al que pregunta por el muchacho, enterándose de que este tiene aspiraciones muy altas y desea llegar demasiado lejos, pues presume haber pertenecido a una familia de abolengo. El jefe se lo confirma al empleado, al que cuenta cómo el padre del muchacho lo perdió todo por hacer malos negocios, al grado de quitarse la vida. Esto hace que el contador apoye todavía más a Sebastián, quien descubre que Alejandro también hizo negocios con su padre.

Javier guarda un secreto que Olga ignora pero bien sabe su suegro, el cual le está agradecido y lo ha ayudado por haberle correspondido a su hija como un hombre, aunque esto le haya costado su felicidad, lo que el viejo Humberto ha compensado al volverlo su mano derecha en la empresa y al darle todos los medios para llenar de lujos a su familia. Sin embargo lo sabe infeliz y le recuerda que esa desdicha le ha sido compensada con la felicidad de Diana, a quien Nohemí comienza a envenenar, asegurando que Maribel está enredando a su marido, de quien la joven mujer no se separa desde ahora, haciéndolo sospechar. Este luego tiene un encuentro con Alejandro, el cual ha decidido cerrar un negocio con él y deciden que deben festejar. Luego el millonario propone a Elena que lo acompañe y esta acepta, despertando la ira de Sebastián, cuando la ve arreglada, pues sabe que se ha puesto bonita para su jefe. Valeria interviene y al estar a solas con el hermano le dice estar convencida de que su madre y Alejandro se aman, pero el chico cree que estos han sido amantes desde que él estaba casado y su padre vivía, seguro de que esta fue la razón por la que su papá se quitó la vida.

Isidro aconseja a Pepe para que sea bueno con su madre y lo alienta a que estudie mecánica automotriz y abra su propia refaccionaria, pero el chico cree que el estudio le llevará tiempo y a él le urge hacerse millonario, por lo que acude al cabaret, donde pide a Amapola que le de trabajo. Ella lo acepta y el chico oculta esto a Rosario, a la que dice que trabajará como velador para ganarse unos pesos más. La madre se opone, pero Toño intercede por el muchacho y asegura a la mujer que todo estará bien.

 Ella llora y pide al mayor de sus retoños que la perdone por haberlos separado de su padre, confesando que no emigraron a la ciudad para buscarlo, sino para huir de él, sin revelar los motivos. Ella se encierra a llorar en soledad y toma una vieja foto del hombre, al que maldice por lo que le hizo, recordando que lo vio casándose con otra. Ese hombre es Javier.

Amapola se sorprende cuando en el cabaret se presenta Ramiro Sánchez, quien la reconoce y la llama por su verdadero nombre: Yolanda. Ella intenta escapar de él pero este la sigue y le dice que ha salido de la cárcel y quiere recuperarla. Forcejean y Pepe interviene junto con gente del lugar para defender a la mujer, quien exige al hombre que se olvide de ella y nunca más vuelva. Ramiro se marcha sin darse cuenta de que Isidro y Imelda han llegado al lugar, donde esta última siente angustia y se sorprende al ver ante ella a Yolanda, quien la reconoce. Hablan del pasado y de que Maribel en realidad es hija de la cantante, lo que escucha Pepe, quien le cuenta a su familia lo que ahora sabe y cree que la vecina tiene derecho a saber, pero Rosario prohíbe a sus dos hijos que digan una sola palabra pues solo a Imelda y Yolanda les corresponde decir la verdad a Maribel, a quien la verdadera madre se niega a ver, prefiriendo que la chica siga pensando que su madre es quien en realidad es su abuela, la cual entera a su hija de que está enferma y que pronto morirá, temiendo por el destino de la muchacha, quien resultó tan ambiciosa como su padre. La anciana se estremece cuando la cantante le revela que Ramiro está libre. Lo que ninguna sospecha es que este ha comenzado a rondar la vecindad para buscar a su hija, y se ha dado cuenta de que la casa de enfrente tiene cosas de valor, ya que ha visto a Elena y Alejandro, por lo que husmea para poder robar.

Agustín sufre por el amor que siente hacia Maribel y Toño le aconseja que se olvide de ella, ya que la muchacha aspira a casarse con un hombre que le de los lujos con los que sueña. Sin embargo el enamorado está decidido a llegar lejos y sabe que con la refaccionaria de su padre y sus estudios de mecánica lo logrará. Lo que no sabe es que la chica se las ha ingeniado para engatusar a Gerardo, el cual está perdido de pasión por ella y comienza a ignorar a Diana, a quien Olga exige que se embarace si no quiere perder al marido. Luego exige a Javier que hable con él, pero el marido no desea meterse en la relación de su hija, lo que le causa insultos y humillaciones por parte de la esposa, quien desahoga su furia con Humberto, el cual le advierte que el marido un día se cansará de ella, no resistirá más y la dejará, insinuando que este tiene a donde ir. La mujer pide a su padre que hable claro y este le recuerda cuanto se encaprichó con su empleado, haciendo de todo para enredarlo. Le confiesa que dio al yerno una fuerte suma de dinero y le ofreció ser su mano derecha a cambio de casarse con ella, logrando con ello que este se alejara de la mujer a la que realmente amaba. Olga se sorprende al darse cuenta de que su padre le compró un marido y que Javier no se casó con ella por amor. Humberto le hace ver que su marido es quien más ha sufrido, al tener que soportarla.

Alejandro pide a Elena que se case con él, ya que se aman desde hace muchos años. Se atreve a besarla y ella le corresponde. Luego habla con Valeria sobre lo que siente y la hija la apoya, mas la madre teme por la reacción de Sebastián, a quien la hermana le suplica que no cause problemas a su madre y la deje ser feliz. El chico se resiste a aceptar esa relación y en un aplicación de su teléfono decide verse con alguien. Acude a la cita y se sorprende cuando el hombre al que ve es Pepe, quien ha descubierto su homosexualidad así como el otro ha descubierto que se prostituye con hombres. Ambos deciden guardarse cada uno el secreto, pero Sebastián busca con quien desfogarse para olvidar sus problemas y ese alguien es Francisco, a quien besa de sorpresa, siendo correspondido. El chico pide al otro que lo ayude a investigar que tipo de negocios tuvo Alejandro con su padre y por cuanto tiempo. Desde este momento se vuelven amantes.


Alejandro ha presentado a Elena con Nohemí y Olga y estas le dan buena acogida, pues la recuerdan del pasado y murmuran a sus espaldas la tragedia por la que quedó en la ruina. Olga la invita a jugar canasta a su casa y le pide que invite a alguna amiga, por lo que la mujer hace la invitación a Rosario, quien se niega por considerarse poca cosa para asistir a una reunión entre gente adinerada. Sin embargo la vecina logra convencerla y le presta ropas para que se arregle. Acuden al lugar y allí, por medio de una fotografía, Rosario descubre que está en la casa de la familia del padre de sus hijos. Se marcha de inmediato y casi se cruza con Javier, mientras Humberto lo ha observado todo.

Maribel tiene una discusión con Diana, quien le exige que se aleje de su marido y la amenaza con hacer que pierda su trabajo. La asistente la reta y se hace la víctima ante Gastón, al que dice querer como un padre y solo ver a Gerardo como un hermano. El hombre, que le tiene gran cariño, le pide que le diga la verdad y esta le confiesa que sí, que está enamorada de su heredero, desde el primer instante que lo vio. Luego se ve con este y fornican, él por pasión y ella con la intención de embarazarse para lograr que él se divorcie de Diana y se case con ella. Cuando vuelve a casa se topa cara a cara con Ramiro, pero aparece Agustín para cortejarla, impidiendo que el ex convicto le hable.

Yolanda piensa en el pasado y en como cometió error tras error desde que se embarazó siendo una adolescente. Se presenta ante el padre Sancho y le revela sentirse arrepentida por haber abandonado a su hija, mas no desear acercarse a ella por temor a avergonzarla. El sacerdote hace una visita a Imelda y hablan de la aparición del padre de Maribel, quien los escucha y exige a la mujer que le diga en donde está su padre, convencida de que es un millonario. Ofende a la mujer a tal grado, que el sacerdote le revela que su padre es un ex convicto, que pasó muchos años tras las rejas por haber cometido delitos múltiples, entre ellos asesinato. El cura exige a Imelda que se arme de valor y hable, pero la mujer le suplica que calle y se retire. Él se va y ella intenta hablar con la muchacha, quien le grita cuanto la desprecia y desea que no fuera su madre. En ese momento la anciana le confiesa que no lo es, pero que la ha querido como si en verdad lo fuera. En ese momento se desmaya y la muchacha acude a Toño, quien sabe que la vecina se encuentra muy mal y llama a una ambulancia. Al saber la gravedad del asunto, Pepe busca a Amapola y la entera de lo que sucede. La mujer va al hospital y allí se topa con Maribel, a quien Gerardo ha acudido a escondidas de Diana, quien lo rastrea con el teléfono y pide a su madre y suegra que la acompañen al lugar donde se encuentra su marido. Llegan al hospital y escuchan cuando Yolanda confiesa a Maribel que ella es su verdadera madre y que Imelda en realidad es su abuela. Diana interviene para armar una escena a Gerardo, quien se la lleva del hospital y le dice estar harto de ella, por lo que ha decidido que se divorciarán. La esposa jura que jamás le cumplirá ese deseo y amenaza con suicidarse si él se atreve a dejarla.

Valeria se pasea con Toño en el taxi y al volver a casa es bienvenida con las burlas de su hermano, quien le recrimina el no tener aspiraciones y conformarse con un vulgar taxista que jamás llegará a ser nada en la vida. Discuten y Sebastián se asombra cuando la hermana insinúa que es gay pues jamás ha tenido una novia. Esto lo escucha Elena, quien pregunta a su hijo si esto es verdad. Él no contesta, sale furioso y se ve con Francisco, el cual lo comprende y apoya.


JUNIO 2021.
Sebastián y Francisco han comenzado una investigación y cuando el amante acerca al joven a su casa abordo de su automóvil, son vistos por Rosario, quien se lo comenta a Pepe, el cual se porta nervioso al escucharla, haciéndola sospechar que sabe algo. Sale de casa y se cruza con Carmen Gómez, una nueva vecina que ha acudido a Rosario para ofrecerle su ayuda en la costura, pues sabe del trabajo. La mujer sin embargo no puede pagarle mucho, lo que no importa a la muchacha, quien realmente necesita trabajar para cubrir sus gastos.

Isidro enfurece cuando Agustín le pide ayuda para abrir su propia refaccionaria y así tener dinero para conquistar a Maribel, pues el progenitor sabe que esa muchacha es ambiciosa y no lo hará feliz. Le cuenta la verdad sobre su origen y al muchacho le conmueve todavía más la vanidosa vecina, a la que acude para brindarle apoyo ahora que sabe lo de Imelda, pero a cambio solo recibe insultos y desprecio. Cual es la sorpresa de la chica, cuando al estar sola en casa ante ella se presenta Ramiro, quien le dice ser su padre y le exige que lo ayude, pues es su obligación. Ella lo desprecia, lo insulta, y el la calla con una fuerte bofetada para entonces exigirle que le de dinero, buscando por toda la casa hasta encontrar unos ahorros e irse, no sin antes amenazar con regresar por más. Al quedar a solas, la chica estalla en rabia, grita, rompe todo a su paso y sale corriendo hacia la casa de los Rivera, donde pide hablar con Gastón para suplicarle que la deje quedarse a vivir con él pero Nohemí le impide verlo y le exige que nunca más vuelva a poner un pie en su casa, pues la desprecia por ser una pobretona mentirosa y sobre todo por ser la hija de una cabaretera. De pronto una fuerte tormenta azota la ciudad y Maribel camina por las calles, perdida entre la lluvia. La encuentra Toño, quien la lleva a casa y le hace ver los sacrificios que Imelda hizo por ella. La chica sin embargo está cegada por la desilusión, la rabia y el coraje, ya que sus ilusiones de pertenecer a una familia de alcurnia se han roto. Rosario y Elena intentan hablar con ella pero solo reciben insultos, razón por la que Rosario la abofetea y le exige que acepte su realidad y deje de soñar con imposibles para evadir su situación. De pronto aparece Yolanda, quien pide quedar a solas con su hija y le cuenta las razones por las que la dejó a cargo de su abuela y desapareció. Le pide que acuda al hospital, pues Imelda está muriendo y necesita de ella. La malvada chica se opone y desea que su abuela muera como pago por su engaño.

Diana intenta recuperar a Gerardo, pero él la rechaza, por lo que aconsejada por Olga, lo droga para que este crea que estuvieron juntos. Lo cierto es que no ha pasado nada y por ello la madre de la chica le aconseja que se embarace de otro y acuden a una agencia de acompañantes, donde seleccionan al apuesto Karim, con el que Diana se ve en repetidas ocasiones, fornicando sin protección con el único deseo de retener a su marido.

Elena descubre que Valeria se está viendo con un hombre y le pide que le diga quién es. La chica se resiste mas revela a Sebastián que está enamorada de Toño, con quien desea casarse en cuanto este se titule como médico y haga su especialidad. Al hermano parece no importarle. Luego estalla cuando su madre les informa que tiene una relación con Alejandro, que está enamorada y que ha considerado casarse con él. El hijo sale de casa y se ve con Francisco, con quien se desfoga y en un momento de debilidad le revela su vida, lo que ha padecido desde la muerte de su padre y como ve al enamorado de su madre como un enemigo. El amante lo consuela y aconseja de manera tierna. Lo lleva a casa y cuando se besan son vistos por Valeria, quien lo enfrenta. Él le reprocha ser la novia de Toño y al discutir los sorprende Elena, quien al escuchar que su hijo es homosexual pregunta si eso es verdad. Sebastián calla y entonces la madre le toma la mano y le pide que invite a su novio a cenar en familia, pues le dará gusto conocerlo. Sorprendidos, los hijos solo cruzan miradas y a Valeria no le queda más que revelar que es novia de Toño hace mucho, y que desea casarse con él. 

Elena le pide que también lo invite a cenar y ambos hijos así lo hacen en una reunión en la que la mujer se llena de dicha al verlos felices, asegurando que nunca los juzgará por sus elecciones. Aparece entonces Alejandro, a quien Sebastián jura que no se interpondrá más en la relación que desea sostener con su madre. Todos se dan un fuerte abrazo.

Imelda agoniza en el hospital y solo desea ver a Maribel, muriendo sin que esta se haya acercado a ella. Sin embargo al saber el deceso, la nieta sufre y acude al funeral para abrazar el féretro de la que creyó su madre, pidiéndole perdón. Al enterarse de la tragedia, Gerardo intenta acudir a la chica, pero Diana se lo impide y le suplica que hablen, enterándolo de que está embarazada. Él habla con Javier, su suegro, el cual le dice que por los hijos se hace cualquier sacrificio, mas por su experiencia le aconseja que siga su corazón, o a la larga terminará como él.

Al paso de unas semanas Carmen ha demostrado ser de gran utilidad a Rosario y sin querer se ha enamorado de Pepe, con quien ha hecho gran amistad. Por eso lo aconseja, le pide que prefiera los estudios antes que el trabajo e intente salir adelante como Toño. El chico sin embargo sigue prefiriendo el camino fácil y es descubierto por Agustín, quien al saber que se prostituye, le reprocha el llenar de vergüenza a su madre, la cual lo ha dado todo por él. Isidro se entera y propone al muchacho que, si no le gusta estar en su negocio entonces se dedique a manejar un taxi, pero Pepe cree que eso no es para él.

Humberto habla con Gastón de cómo se ha arrepentido de haberle comprado un marido a su hija, pues ha desgraciado la vida de un hombre que está reducido a cenizas, ya que se encuentra de manos atadas. El millonario aconseja a su viejo amigo que intente reparar el daño que ha causado y por ello Humberto pide a Alejandro una cita con Elena, a la que le suplica que le diga el paradero de Rosario. Al saberlo, acude a ella para hablar de Javier, revelándole cómo lo presionó para que se casara con su hija Olga y la habilidosa que fue esta para embarazarse de él y presionarlo. Aun así, Rosario no quiere saber nada del padre de sus hijos y suplica al visitante que nunca más la vuelva a buscar.

Atormentada por los remordimientos, Yolanda sufre y canta con sentimiento en el cabaret, donde Pepe le aconseja que intente acercarse a Maribel, mas la mujer sabe que eso no puede ser. Sin embargo se alarma cuando el muchacho le dice que ha visto a Ramiro rondando la vecindad, por lo que la mujer acude a su hija y le propone que viva con ella. La muchacha la rechaza, la insulta, y entonces aparece Ramiro ante ellas para apoyar las palabras de su hija y exigirles a ambas que le den dinero. La cabaretera lo enfrenta, lo abofetea, y él se violenta, por lo que las amenaza a ambas con un arma de fuego.

Elena se sorprende cuando tras hablar con Valeria y Toño estos le dicen que piensan casarse, puesto que la muchacha está embarazada. La mujer entera a Rosario del noviazgo de sus hijos y esta se alarma pues considera que Toño truncará su futuro. Le reprocha el haber sido irresponsable y él le promete que saldrá adelante y no descuidará nada, pues ama su profesión y ama a Valeria. Luego las madres, venciendo toda preocupación, se alegran al pensar que puedan emparentar. La primera pide a la otra que viva en su casa y deje la vecindad luego de que ella se case con Alejandro, quien la llevará a vivir a su mansión. La costurera se resiste mas la amiga le hace ver que en esa casa puede montar un pequeño taller, crecer y quizás hasta abrir una pequeña casa de modas. Carmen las escucha y alienta a Rosario para que acepte. Las tres acuden a la casa y la costurera se llena de sueños. Es apoyada por sus hijos, así que acepta.


Maribel sufre sabiéndose responsable de la muerte de Imelda y recuerda como esta la procuró durante años. Aún así desea salirse con la suya y vuelca todas sus fuerzas en enredar a Gerardo, con quien ya vive un romance libremente, situación que ha indignado a Nohemí, quien culpa a Gastón de haber apoyado a su hijo. Este hace ver a la mujer que su hijo nunca ha sido feliz al lado de Diana, quien está terriblemente herida pero no dispuesta a perder al marido, por lo que junto con Olga planea dar un escarmiento a la enemiga y son escuchadas por Javier, quien desea poner al tanto a Maribel y toma un taxi para acudir a casa de esta. El taxi que toma ¡es el de Toño! Quien dice creer conocerlo de algún lugar. Lo lleva hasta la vecindad, donde el hombre no encuentra a la chica, pero vuelve a verse con Rosario, estremeciéndola. Ella intenta huir y él la detiene para decirle que no ha dejado de amarla y ha pagado muy caro el haberla engañado. La mujer la desprecia y el hombre finalmente logra hablar con Maribel, a quien hace ver que él una vez estuvo en su lugar y por años ha sido infeliz. Le pide que se olvide de Gerardo y se de cuenta de que está destruyendo un matrimonio, pero a la chica eso no le importa. Sin embargo todo se complica cuando Olga hace una reunión para anunciar que Diana está embarazada. Esta última no deja de besar y abrazar a su marido, al que asegura que finalmente sus problemas terminarán, confiando en que ese hijo los unirá. El hombre, sorprendido, habla con Javier, quien le suplica que se olvide de sus aventuras y siente cabeza. Lo mismo le aconseja Gastón, el cual cree que la familia es primordial, razón por la que el apuesto enamorado no tiene más remedio que terminar su aventura con Maribel, quien acude a su patrón para decirle cuanto ama a su hijo, sorprendiéndose cuando Gastón le da la espalda y le entrega un cheque con su liquidación, pues no la quiere más cerca de su familia. Feliz por esto, Nohemí se encarga de echar a la muchacha de su casa, de la manera más vil, haciendo que sirvientes la arrojen a la calle y caiga en el lodo. La chica se siente completamente destruida y, para colmo de males, al volver a casa es sorprendida por Ramiro, quien le roba su cheque y le aconseja que se dedique a la prostitución, pues él puede conseguirle clientes exclusivos. Ello le hecha de su casa, decide cortarse las venas pero es descubierta por Yolanda, quien se encarga de salvarla y la abraza, pidiéndole perdón. Decide ayudarla y por eso tiende una trampa a Ramiro, quien es sorprendido por las autoridades cuando acude a cobrar el cheque de su hija. Al mostrar resistencia, mata a un policía. Es detenido y llevado de vuelta a prisión, donde se le condena por el resto de su vida, mientras que Yolanda propone a Maribel que comiencen una vida juntas, revelando que durante años ha ahorrado y ahora puede dejar el cabaret para que ambas emigren a la provincia, donde nadie las conozca, y comiencen de nuevo. La muchacha insiste en rechazar a su madre.

Humberto habla con Gastón, quien le dice que pueden quedar al descubierto si se sabe que ellos son los causantes de la ruina de Julio Rivelles y, por lo tal, los responsables de que este haya decidido quitarse la vida. Humberto sin embargo confía en su buena suerte y habla con Alejandro, al que envuelve para que este crea que en parte fue responsable de semejante tragedia. Esto hace que el empresario descubra quienes fueron los causantes de la fatalidad de su amigo difunto y comience una investigación con la ayuda de Francisco, al que suplica que Sebastián no se entere de nada.

Sebastián está convencido de que Alejandro tuvo que ver con la ruina de su padre y lo acusa formalmente. El hombre jura a Elena que eso no es verdad y la mujer le cree y sufre cuando el hombre decide terminar con ella para que su hijo esté tranquilo. La madre sufre y pregunta a su hijo por qué insiste en interponerse en su felicidad. Él le dice no desear que esté con otro y menos con Alejandro, asegurando que ha investigado y descubierto que este tuvo que ver con la ruina de su padre. Muestra las pruebas a la mujer, quien se sorprende y acude a Gastón para que este le aconseje. El hombre ve los documentos y asegura que todo se trata de una confusión, pues en realidad Alejandro siempre quiso ayudar a Julio e invirtió dinero con este, perdiéndolo también. 

Elena se queda tranquila y al marcharse Gastón hace una llamada exigiendo que den un escarmiento a quien haya metido las narices en sus asuntos y es por ello que Francisco, luego de discutir con Alejandro, recibe una paliza por parte de unos malhechores. Esto hace sospechar a Sebastián que el prometido de su madre es responsable de lo que lo ha acusado, mas no sabe que la mujer ha acudido a él para disculparse y pedirle que vuelvan a estar juntos. Esto ocasiona que el muchacho se vaya de casa y se resista a vivir en la mansión de Alejandro, mudándose al lado de Francisco, a quien la preocupada madre suplica que cuide de su primogénito y lo llene de amor, dándoles su bendición.

Nohemí y Olga celebran el haberse salido con la suya y que finalmente vayan a ser abuelas, a pesar de que Gerardo es infeliz, pues no puede dejar de pensar en Maribel. Todo cambia cuando el día en que Diana da a luz, esta se encuentra terriblemente grave y pide a su madre que se encargue de que el marido jamás se entere de la verdad sobre la paternidad de su hijo, pues Javier las ha escuchado. Finalmente la muchacha muere, llenando de dolor a sus padres, y esto hace que el patriarca tome fuerzas y enfrente a su mujer, a la que responsabiliza del deceso. Durante los funerales, habla con Humberto, quien le suplica que no diga nada de lo que sabe pero el hombre siente un fuerte compromiso con Gerardo y lo entera de que el hijo que la difunta parió no es suyo, sino de Karim, a quien el viudo busca y se entera de los encuentros que este tuvo con su mujer. Cuenta a sus padres del engaño y Nohemí enfrenta a Olga, a la que bofetea y culpa de la muerte de su hija, revelando sentirse contenta de que con esa muerte ella haya recibido lo que se merece. La madre de la difunta sufre y asegura a Javier que entre ambos cuidarán de su nieto como lo hicieron con su hija. El hombre le recuerda que él siempre fue un cero a la izquierda, que su hija jamás lo tomó en cuenta y que ahora se siente más libre que nunca, por lo que interpone la demanda de divorcio y se va de la casa. Esto hace que Olga se sienta terriblemente sola, mientras que el hombre busca a Rosario y se presenta ante sus hijos, a los que pide perdón. Estos están del lado de la madre y aunque lo perdonan, le dejan saber que no quieren convivir con él ni lo pueden ver como padre, por lo que Rosario le dice adiós para siempre y le suplica que nunca más vuelva a buscarlos.

Humberto desprecia a Olga y la culpa de haber conducido a Diana por el mismo camino que ella, que se comportó como una cualquiera y se embarazó, no teniendo más remedio que achacarle la paternidad a un imbécil como Javier, que siempre creyó que Diana fue su hija. La mujer suplica a su padre que la comprenda y la ayude pero este se niega y le hace saber que esta vez, para sacar adelante a la criatura que ahora tiene a su cuidado, tendrá que luchar por sí misma, puesto que él no piensa volver a tenderle la mano.

Pepe desahoga con Yolanda el odio que siente hacia su padre y la mujer le dice entender a Javier, pues ella atraviesa por la misma situación que él, mas sabe que como humanos a veces todos nos equivocamos en un intento por seguir nuestras ambiciones. Asegura que en el pasado ella fue igual que Maribel y que en su intento por llegar lejos terminó siendo una cabaretera, y hace ver al muchacho que él también ha sido capaz de muchas cosas por tener una vida mejor, así que debe comprender que su padre, al igual que él lo haría, simplemente aprovecho la oportunidad que se le presentó.

Elena y Valeria se instalan en la mansión de Alejandro, quien hace una fiesta ante sus allegados para anunciar su compromiso con la que fuera su empleada por años y que ahora es la reina de su hogar. A la reunión no acude Sebastián, a quien Francisco asegura que comete un error al rechazar la felicidad de su madre y, aunque no puede confesar los detalles, promete que Alejandro no tuvo que ver con la ruina de su padre.


Agustín se acerca a Maribel y le habla de lo que siente por ella. La chica lo rechaza y se ríe de él, asegurando que ella es lo suficientemente bonita y capaz como para enamorar a un millonario y conseguir lo que quiera de él. Utiliza el dinero que tiene para acudir a restaurantes de prestigio y seducir hombres mayores, hasta coincidir con Humberto, quien la lleva a su casa y le hace cosas que la denigran, al grado que la chica intenta huir pero él la detiene y la hace suya por la fuerza, recordándole que él sabe que fue la amante del marido de su nieta y, por lo tal, saber también que es una cualquiera. Ella sufre y finalmente se desahoga con Agustín, al que revela sentirse terriblemente mal, pues todos sus planes han fallado y se siente atrapada en la miseria. Él le promete que, si lo acepta, está dispuesto a darle todo cuanto merece. En un arrebato, ella lo besa y son vistos por Gerardo, quien iba dispuesto a reconciliarse con ella pero desiste y por ello toma la decisión de marcharse al extranjero durante un tiempo, apoyado por Nohemí, quien desea que se olvide de la asistente, a la que ella odia tanto.

TIEMPO DESPUÉS: Rosario inaugura su casa de modas, la cual resulta ser exitosa y al evento se presenta Javier, a quien Pepe se ha acercado y perdonado sinceramente y el cual ha abierto un bufete jurídico en el que el menor de sus hijos ha comenzado a trabajar. Esto causa cierto dolor a la madre, quien no tiene más remedio que aceptar la decisión del muchacho, quien también se ha hecho novio de Carmen. Quien no está de acuerdo es Toño y lo muestra al tratar todavía con frialdad a su progenitor, al que vuelve a pedir que no busque acercarse a él ni intente ser su amigo, puesto que sabe mejor que nadie del sufrimiento y las peripecias por las que su madre tuvo que pasar durante años y eso difícilmente se lo perdonará, pues la vio llorar y sufrir demasiado al tener que salir adelante sola. Javier lo entiende y acepta, y se conforma con tener la aceptación y el cariño del menor de sus hijos.

Elena y Alejandro vuelven de su luna de miel por todo el mundo, para estar presentes durante el parto de Valeria, quien da a luz a unos gemelos que llenan de felicidad a Toño y Rosario, quien llora al saberse abuela y promete hacer ropa hermosa para sus nietos. El nacimiento de los niños hace que Sebastián acuda al hospital y vuelva a hablar con su madre, a la que abraza y pide perdón. Habla con Alejandro, se disculpa con él y le dice saber que no tuvo que ver con la ruina de su padre, ahora que la verdad ha salido a la luz, y es por esta verdad que los bienes de Humberto son confiscados y él enviado a prisión, donde pasará muchos años, llenando de vergüenza a Olga, quien se siente más perdida que nunca y busca la ayuda de Nohemí, quien es cruel y le ofrece ser sirvienta en su casa. La otra rechaza la oferta y no tiene más remedio que buscar a Javier, al que suplica que tenga piedad de ella. Él decide vender la que fuera su casa y con ello le abre una cuenta en el banco para luego instalarla en la vecindad, lo que ella le reprocha. Él le propone que acepte eso y una mensualidad limitada o nada. Ella cree que él solo se está vengando de ella pero no tiene más remedio que aceptar. Se topa con Maribel, quien se ríe de ella por saberla en la miseria y le desea que se la pase muy mal en su nueva vida de pobre. Luego la chica se ve con Agustín, de quien ya es novia, y este hace que tenga un encuentro con Yolanda, a quien la chica insiste en rechazar. La cabaretera asegura que esa es la última vez que se verán, pues está decidida a alejarse de ella definitivamente y para ello se mudará a la provincia, donde piensa comenzar de nuevo, y así lo hace, con la esperanza, hasta el último momento, de que su hija recapacite, la perdone y acuda a buscarla, pero esto nunca sucede.

Rosario y Elena acuden al bautizo de sus nietos, el cual es celebrado por el padre Sancho. Familiares y conocidos acuden a este evento, en el que todos disfrutan llenos de alegría y felicidad, celebrando el valor y la fuerza que tiene una madre, para enfrentarse a toda clase de adversidad, por el gran amor que tienen a sus hijos. Las madres se abrazan, y junto a ellas aparece el espíritu de Imelda, bendiciéndolas.




Fin


















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